Si últimamente me gusta más leer autoras españolas es por las menciones, las bromas, los guiños y los detalles de las cosas sencillas que nos rodean a diario y Silvia llena la novela de ellos. Yo que he pasado todos los veranos de mi infancia de camping en esta novela he disfrutado de esa piscina donde es imposible ahogarse y su bar, el super-desavio, los caminos fuera del vallado, las pistas de tenis (he echado en falta las de fútbol), la discopub, el cine en el césped…
Asier y Lara llegan a trabajar al camping en la sierra de Madrid por motivos diferentes… Él huyendo y escondiéndose, ella decidida a tomar las riendas de su futuro profesional sin saber por dónde empezar. Y juntos se darán respuesta y se guiarán en su camino, aunque sea por separado.
Una historia llena de diálogos increíbles donde sobra el descaro y les falta la vergüenza, de amor sentimientos puros pero llenos de miedos.